TEN PACIENCIA
Autor: P. Walter Malca Rodas; C.Ss.R
Hola: Yo soy Jesús, tu amigo. En esta ocasión quiero hablarte de la paciencia y el aliento.
La paciencia es un don muy hermoso, que solo yo te puedo dar. Recuerda que en una oportunidad mi apóstol Pedro dijo: “La paciencia de Dios es nuestra salvación” (2Pe. 2,15). Y eso es verdad, porque si yo fuera impaciente con los defectos, las imperfecciones, los pecados y las maldades de los hombres, hace tiempo que hubiese terminado con toda la humanidad. Pero no, yo soy paciente. Y gracias a mi paciencia los hombres tienen la oportunidad de convertirse a mi amor y encontrar el perdón y la redención. Por esta razón te pido que aprendas a ser pacientes conmigo y con los demás.
La paciencia es un ingrediente esencial del amor. Mi apóstol Pablo lo dijo claramente: “El amor es paciente” (1 Cor. 13,4). Por eso te digo: si deseas ser paciente ámenme y el amor, expresado en paciencia, se reflejará en tu rostro, en tus gestos, en tus actos y actitudes. Ámame, porque yo te amo mucho. Porque te quiero demasiado di mi vida en la cruz, por ti. Mi sangre es tu sangre. No hagas infecunda la sangre de la vida.
La paciencia es fruto de la fe y de la esperanza. Ten fe y esperanza y yo estaré con contigo. No te desesperes, no se angusties con tus problemas, ellos son parte de la vida. Afróntalo con valentía y coraje, y con la esperanza de que podrás solucionarlos, ayudado con mi gracia.
No te desalienten por tus pecados, imperfecciones, limitaciones y debilidades. Todo ello es parte de la condición humana. Yo te comprendo, porque también soy humano como tú. Yo también tuve tentaciones, pero nunca caí. Mi triunfo es tu triunfo. Es la prueba de que podes ser fuerte y vencer.
Si caes no te desesperes. Recuerden siempre que yo estoy ahí para extender mi mano y levantarte. Por eso, si estás abatido, en esta oportunidad te digo:
Ánimo, Levántate. Toma tu cruz y sígueme. Tienes una fuerza impresionante. Tu fuerza es como la roca cimentada en un cerro
Confía en ti mismo. No dudes de ti. Tú tienes un enorme potencial guardado, en el fondo de tu corazón, pero aún no lo has descubierto. Descubre ese potencial, cultívalo, y sácalo afuera. No dudes, no temas, porque yo estoy contigo. Yo te amo, yo te quiero, yo te protejo. Eres muy importante y valioso para mí.
Confía en ti, pero también confía en mí. Yo siempre estoy junto a tu lado para amarte, protegerte, y darte mi fuerza. No estás solo. Yo estoy aquí contigo, mi madre también está contigo, mis amigos, el Padre Celestial y mi Espíritu. Estás con toda la corte celestial. Por tanto, no tienes por qué temer.
Solo confia en mi sabiduría y espera con paciencia el cumplimiento de mis planes, que son planes hermosos, llenos de vida y bendición.
Pide a mi Madre mucho la paciencia y el aliento y ella intercederá por ti.
Te quiero y te bendigo,
Tu amigo, Jesús.
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA ALCANZAR LA PACIENCIA
Adquirir la paciencia no siempre es fácil, se necesita esfuerzo, dedicación fe y decisión. Igual que todas las virtudes ésta también se cultiva a través de un proceso lento. Aquí te damos algunos consejos para que aprendas a ser paciente:
- Toma conciencia que no es bueno actuar precipitadamente, porque podemos lamentarnos de nuestras acciones.
- Ora, la oración es la fuente de la paciencia. Muchas veces Dios no nos da inmediatamente lo que le pedimos para que cultivemos la fe, la esperanza y aprendamos a tener paciencia.
- Comprende que en la vida todo tiene su proceso, todo tiene su ritmo y nada sacamos con ponernos ansiosos, nerviosos y angustiados.
- Descubre que en la vida todo cambia, todo fluye, todo pasa. Por más difícil que sea la situación en algún momento pasará.
- Respira hondo, el viejo método de contar hasta diez funciona.
- A algunos les ayuda caminar.
- Convéncete que no todo está en tus manos, hay algunas cosas que no puedes controlar, pero sí puedes controlar tu reacción frente a ellas.
Bueno, esto son simplemente algunos consejos, por tú parte puedes investigar sobre el tema, también puedes consultar a personas sabias. Que Dios te bendiga.
ORACIÓN PARA PEDIR LA PACIENCIA
¡Oh! Jesucristo, que dijiste «aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón» (Mt. 11,29), concédeme la PACIENCIA suficiente para soportar las adversidades de la vida, las largas esperas, para adaptarme a los imprevistos, para tolerar lo que me da fastidio, para convivir con mis límites.
Cristo, concédeme la PACIENCIA necesaria para tolerar al intolerante, para dialogar con el insensible, para perseverar ante las frustraciones, para creer que contigo lo imposible es posible.
Cristo, concédeme la PACIENCIA indispensable para apreciar las cosas sencillas, para asumir el desafío de cada día, para poseer un corazón servicial y para confiar en tu providencia.
CRISTO de la PACIENCIA, que se cumpla en mí tu promesa: “Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia». (Mt. 13,4).
Y tú, María, Madre de Jesús, el hombre de corazón manso, ten piedad de mí y alcánzame el don de la paciencia para perseverar en mi largo caminar, siguiendo las huellas de tu Hijo, que con tan enorme paciencia redimió a la humanidad. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…