FRANCISCO, PASTOR DEL MUNDO

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Del sur de América surgió un gran hombre

y se elevó hasta la más alta cumbre,

rompió protocolos, con su acento argentino;

era un hombre sencillo, sin grandeza y sin lumbre.

 

No vino de palacios, ni cátedras doradas,

vivía entre la gente que sufre, llora y sueña.

vino de calles vivas y parroquias pobladas,

y a todos enseñó que el amor no desdeña.

 

Como un hombre sencillo, con mirada serena,

soñaba con una Iglesia cercana y valiente.

Tenía en su pecho un fuego que quema,

cargaba en el alma el dolor de su gente.

 

Fue el primer Papa no europeo,

signo de la aurora de un nuevo día.

Su amor y su voz abrazó la periferia,

su fe encendió la esperanza fría.

 

No llegó con laureles, ni discursos vacíos,

sino con Evangelio y gestos sencillos.

Nos dijo que Cristo vive en medio del pueblo

Y no en los lujosos y fríos castillos.

 

Teólogo del pueblo, sin trono ni corona,

su palabra profética fue espada afilada.

Su vida, un preclaro testimonio;

su saber no fue libro, sino vida encarnada.

 

Clamó por los pobres y defendió al pequeño,

habló de migrantes y del planeta herido.

Con voz enérgica denunció las mentiras

de un mundo global que ha perdido el sentido.

 

Francisco fue nombre y también profecía,

de un mundo mejor donde se ame la vida.

Nos invitó a amar al hermano, al sol y a la luna,

como el de Asís, que amó sin medida.

 

No toleró sombras, ni doble discurso,

y puso freno al abuso con bravura.

Lloró con las víctimas, rompió el silencio,

limpió las heridas con amor y ternura.

 

Soñó con una Iglesia diferente:

Un Iglesia en salida, manchada y herida.

prefirió el riesgo valiente de la fe,

que una iglesia encerrada y envejecida.

 

Gracias, Papa Francisco, por tu legado,

por mostrar que otra Iglesia es posible.

Gracias por tu elocuente testimonio,

gracias por tu gesto, y tu palabra creíble.

 

Gracias Papa Francisco por tu entrega,

gracias por quitar la levadura vieja,

gracias por ser un hombre sin doblez,

gracias por ser un pastor con olor a oveja.