Los lentes Mentales

Por: Walter Malca Rodas; C.Ss.R.

Cuentan que Rabindranath Tagore (1879-1941), poeta indo y premio Nóbel de Literatura en 1913, nació con un problema congénito en los ojos y sus padres no se dieron cuenta de ello. Por ende tenía mucha dificultad para ver con claridad. El creció con esa deficiencia creyendo que eso era normal y todos veían como él.

Cierto día estaba jugando con un grupo de amigos. Uno de ellos dejó sus lentes en un lugar seguro, donde no corrían peligro. Rabindranath, como todo joven curioso, se puso los lentes; y, ¡Oh, qué maravilla…! podía ver a la perfección. Ahora tenía la posibilidad de distinguir con claridad las formas, los colores y los trazos exactos de las cosas. De este modo aprendió a disfrutar de la belleza de la creación.

A partir de esta experiencia descubrió que el mundo no era así como él lo veía, sino que todo era cuestión de su distorsión visual. Se lamentó de haber perdido el deleite de tanta hermosura en sus años pasados y se propuso corregir su defecto, comunicándoselo a sus padres para que le brindaran ayuda.

En nuestro mundo existe mucha gente que crece en un hogar lleno de violencia, que merma terriblemente su autoestima, llegando incluso al menosprecio de su vida, convirtiéndose en gente pesimista y derrotada. Algunos, desesperados por tan triste situación, llegan a arrojarse en las fauces inmensas del suicidio.

A veces, cuando converso con los jóvenes les pregunto: “¿Cómo es tu hogar? ¿Cómo es el carácter de tus padres?” A menudo suelen responder: “Normal”. “Pero, ¿Qué significa normal para ti?” -les suelo inquirir-.  A lo que ellos responden: “Igual que todos los demás”. Al ahondar en la historia de su vida familiar me encuentro con cada caso de violencia que les ha dañado tanto y lo curioso es que ellos han asimilado en su conciencia que eso es normal. De ahí que cuando sean padres de familia repetirán los mismos patrones aprendidos.

En esta reflexión quiero que tomemos conciencia que la mayoría de veces contemplamos el mundo con los lentes mentales que nos han impuesto. Es por eso que sólo vemos penumbra y miseria en nuestro alrededor. Pero eso no es definitivo. Podemos crear un mundo nuevo donde reine la paz, la armonía y el amor. Para ello es necesario despojarse de esos lentes mentales, que nos hacen tanto daño, para ponernos los lentes de la fe y de la esperanza. Y así poder contemplar al mundo tal cual es, como Dios lo ha creado. Esto será posible si nutrimos nuestra mente de ideales y nuestro corazón de abundante de amor.