Uno de los objetivos de la educación debe ser formar gente recia, tesonera y perseverante, porque nuestro mundo está atiborrado de gente pusilánime, falta de valor y débil de carácter. Estos sujetos, a veces, inician alguna empresa, pero cuando se encuentran con las primeras dificultades se desaniman y pronto abandonan sus proyectos.
Quienes actúan de ese modo deben comprender que las cosas en la vida no siempre son fáciles. En el camino, a veces, hay obstáculos que, lejos de ser estorbos, son retos que estimulan nuestra inteligencia, inventiva y creatividad. Cuando estos obstáculos son superados, nuestra voluntad se fortalece y nuestro espíritu adquiere una fuerza superior para seguir avanzado por el camino del éxito y del triunfo, hasta llegar a ver cristalizados nuestros más caros anhelos. Es ahí cuando podemos disfrutar de la alegría de haber cumplido nuestras metas. El siguiente testimonio ilustra muy bien esta idea:
“Yo soy un estudiante de ciencias de la comunicación. En una oportunidad tuve la suerte de ingresar a trabajar en un diario muy reconocido de mi ciudad. Los inicios fueron muy duros. Las exigencias de redacción eran extremas y a veces me desanimaba. Ingresamos al trabajo cinco jóvenes, de todo este grupo sólo yo perseveré. Los otros decían: “esto no es para mí”, “me he equivocado de carrera”, “aquí nos tratan mal”, “son injustos y muy exigentes”. Estas apreciaciones también me hacían dudar de la autenticidad de mi opción vocacional y hacían tambalear mi autoconfianza.
A veces yo también pensaba: “¿Será esto para mí? ¿Me habré equivocado en mi opción vocacional? ¿Seré capaz de hacer esto?”. Cuando me encontraba en esta situación yo mismo trataba de auto motivarme diciéndome: “Vamos Marcos, tú puedes. Tú eres capaz. Métele ganas al asunto y verás cómo salen bien las cosas. Estás por buen camino. Esfuérzate y verás cómo lo logras”. Estas palabras las repetía a menudo y ellas me han dado la fuerza para perseverar. Como dije, anteriormente, mis cuatro compañeros se retiraron y yo continué terco con mi decisión. Pero esa persistencia ha sido buena y me ayudado a adquirir más confianza en mí mismo, dado que mi esfuerzo, luego tuvo su recompensa: Un día la jefa de redacción autorizó publicar mi nota periodística y fue una experiencia muy hermosa para mí. Ese día me dije: “¿Ves Marco? Eso quiere decir que sí puedes. Así es que adelante… Nunca te desanimes en tus buenos propósitos”.
Desde aquella oportunidad empecé mi carrera periodística que me ha dado grandes satisfacciones. Esta experiencia me ha ayuda a comprender que en la vida no es fácil obtener el triunfo que anhelas. Para ello se necesita tenacidad, fortaleza, entusiasmo y ganas de luchar por nuestros ideales. Es verdad que en la lucha se sufre, pero luego se disfruta de la alegría incomparable de haber cumplido tus metas.
Por: P. Walter Malca Rodas; del libro «Tú tienes el poder».