ESTO TAMBIÉN PASARÁ

POR: P. Walter Malca Rodas; C.Ss.R

Dicen que había una vez un rey que tenía un consejero, que siempre le proporcionaba sabios consejos, en los momentos más difíciles de la vida. En una oportunidad el consejero se enfermó y estaba a punto de morir. En su lecho de muerte recibió la visita del rey quien, quien llorando le decía: “no te mueras, por favor, no te mueras. Ahora quien me va dar los sabios consejos que tú me dabas”. El sabio le contestó: “Mi rey, no se preocupe, aquí tiene un anillo, en él hay compartimento y dentro de él está escrito lo que tiene que hacer en el momento más difícil de su vida. Le doy con una condición: tenga la bondad de abrirlo solamente cuando vea que su problema ya no tiene solución”. El sabio, después de hacerle este regalo a su señor, murió y fue enterrado.

El rey pasó por una serie de problemas y dificultades y siempre se sintió tentado a abrir el anillo, pero cada vez que quería abrirlo se detenía, preguntándose: “¿Y si en el futuro hay otro problema más grande que este?”. Entonces no se dejaba llevar por la tentación y ponía su mente a trabajar en la búsqueda de soluciones a su problema. Así pasó un buen tiempo hasta que en una oportunidad el rey tuvo que enfrentarse con un problema en el cual por más que buscaba no encontraba la solución. Entonces decidió abrir el anillo que, con tanto cariño, le había dejado su consejero y ahí se encontró con un papelito que decía: “Esto también pasará”. La mente del rey se iluminó y comprendió que si los demás problemas hay pasado este problema también pasaría y sería parte de su historia.

Esta idea le ayudó al rey en otros momentos álgidos de su vida, como por ejemplo, cuando en una oportunidad unos malhechores ingresaron al palacio. El rey logró huir por una puerta secreta, pero cuando los maleantes se dieron cuenta de que el rey estaba huyendo fueron tras él. El rey llegó al borde de un abismo, donde no tenía salida, en ese momento tuvo la tentación de arrojarse al abismo, pero en ese momento los dedos de su mano derecha tocaron el anillo y le vino a la mente la frase: “Esto también pasará”. De hecho, los ladrones, le habían perdido el rastro al rey y, extraviados, se fueron por otro camino.

El rey regresó a su palacio y ahí fue recibido por su corte con mucha algarabía. Hicieron una gran fiesta en su honor y le tocó dar un discurso. El rey se estaba llenando de orgullo y vanidad, pensando para sí: “¡Qué importante soy para este pueblo! Si no fuera por mí, no podrían vivir”. Es ese momento nuevamente los dedos de su mano derecha tocaron el anillo, entonces le vino a la mente la frase: “Esto también pasará”. En esa ocasión, fue más humilde en sus gestos y en sus palabras. Parece que el mensaje de la frase había calado en lo profundo de su ser.

Esta idea, expresada en este cuento, nos ayuda a asumir los problemas con más tranquilidad y los triunfos con mayor humildad. Además, nos ayuda a seguir caminando con más calma y serenidad, sin hundirnos ante los fracasos o sin levantarnos demasiado por los triunfos. Por eso, a la gente que viene a contarme sus problemas, a menudo les suelo contar la historia y les recomiendo que, a menudo, repitan la frase: “esto también pasará”. Esta frase, repetida con calma como una jaculatoria, literalmente está salvando vidas. Estoy seguro que en algún momento de su vida también le puede ayudar a usted.