TODO SUCEDE POR ALGO

Yo soy un convencido que en la vida todo sucede por algo, por alguna razón misteriosa, para que se realicen los planes de Dios. Consideremos un caso emblemático en la Biblia…, veamos el caso de Moisés.

Era necesario que Moisés se críe en el palacio del faraón, pues para liberar al pueblo de Israel necesitaba tener una mentalidad de hombre libre. Jamás hubiese podido liberar a su pueblo con una mentalidad de esclavo, dado que sólo los libres liberan.

Si Moisés no hubiese tenido la mentalidad de hombre libre y en vez de ello hubiese tenido la mentalidad de esclavo le hubiese sucedido lo mismo que les pasa a los elefantes criados en cautiverio. Cuando a un elefante bebé lo amarran en una estaca éste quiere liberarse, pero como no tiene la fuerza necesaria no puede arrancar la estaca. Este esfuerzo lo hace en varios momentos hasta que se convence que es imposible. Cuando llega a adulto, teniendo una fuerza descomunal, no arranca la estaca porque en su mente se instaló la creencia que es imposible. Lo mismo hubiese sucedido con Moisés si hubiese tenido la mentalidad es esclavo.

De igual modo era necesario que experimente la pobreza, la sencillez, para que no sea un tirano. Por eso tuvo que huir a Madián, donde se casó con Séfora, la hija del sacerdote de ese lugar y se dedicó a cuidar las ovejas de su suegro. ¡Qué gran diferencia! Antes era un príncipe, que tenía vasallos y criados. Ahora era un simple pastor. Pero esa sencillez le dio la humildad, característica esencial de un buen líder. Y, cuando ya estaba listo, Dios se aparece bajo la imagen de una zarza ardiente en el Horeb.

La historia de Moisés debe llenarnos de confianza dado que nos ayuda a entender que todo lo que nos pasa en la vida tiene un sentido, una finalidad y que todo puede ser parte de un proceso de preparación para que Dios realice su obra de salvación.