EL AMOR ES FUERTE

San Pablo hace una descripción de lo que es el amor: “El amor es comprensivo, el amor es servicial, el amor no tiene envidia, el amor no busca el mal” (1Cor. 13,4-8). A esto yo diría que también el amor es exigente.

Hay gente que tiene una idea sentimentalista del amor, que cree que el amor es sólo ternura, afabilidad, abrazos, besos y caricias; pero eso no es del todo cierto: el amor también es exigente, duro, fuerte, tenaz. Esto lo vemos en la experiencia de José, quien fue vendido por sus hermanos.

Cuando  sus hermanos llegan a Egipto, motivados por la hambruna, José, que tenía un buen corazón, ya los había perdonado. Pero no por ello es sentimentalista, no se hecha a llorar sobre los hombros de sus hermanos. Al contrario, él los trata con dureza para asegurarse que se hayan arrepentido y que reconozcan el craso error que habían cometido. Después de un proceso de prueba se descubre a ellos y los recibe en Egipto.

De igual modo Jesús, cuando Pedro quiere corregirle le trata con dureza diciéndole: “De tras de mi Satanás. Tú no piensas como Dios, sino como los hombres” (Mt. 16,23). En otras ocasiones Jesús fue enérgico: cuando expulsó a los mercaderes del templo, a los fariseos les dijo: “hipócritas…, Raza de víboras…, sepulcros blanqueados” (Mt. 23,13-39) y a Herodes le dijo “zorro” (Lc. 13,32).

Señor llena nuestro corazón de amor auténtico para que seamos tiernos con los que necesitan ternura y enérgicos con los obstinados.