SER FIELES A JESÚS Y SU EVANGELIO

P. Walter Malca Rodas; C.Ss.R.

El cardenal Müller el 1 de enero, Solemnidad de Santa María Madre de Dios, en su homilía ha dicho que el El veneno que paraliza a la Iglesia es la opinión según la cual debemos adaptarnos al Zeitgeist, el espíritu de la época, para relativizar los mandamientos de Dios y reinterpretar la doctrina de la fe”. Lo que ha dicho, en parte, es cierto; pero hay que hacer ciertas precisiones, porque de lo contrario podríamos caer en errores que pueden llevarnos a satanizar el presente.

Un cristianos no tiene porqué adaptarse al espíritu de la época. Eso sería traicionar al evangelio. Lo importante y decisivo es ser fiel a Jesús y su evangelio. Pero es bueno descubrir que Jesús siempre es un eterno presente y su evangelio tiene que encarnarse en el aquí y el ahora. La salvación de Cristo siempre es una buena noticia para el presente. Ya lo dijo san Pablo: “Miren que ahora es tiempo de gracia, ahora es tiempo de salvación” (2 Cor. 6,2).

El problema fundamental de la Iglesia somos nosotros, que muchas veces nos buscamos hacer la voluntad de Dios, sino imponer nuestra ideología, nuestra forma de ser y de pensar. Hay gente que vive añorando el pasado (conservadores), creyendo que todo tiempo pasado fue mejor y hay gente que quiere desligarse totalmente del pasado y asumir el presente como si todo fuera la única verdad (liberales). Y eso no es cierto: En el pasado hubieran cosas lindas y cosas feas. De igual modo también en el presente hay cosas buenas y cosas malas. Lo importante es saber discernir lo bueno y lo malo. Y eso sólo lo puede hacer quien se deja conducir por el Espíritu de Dios. Esta es la cuestión fundamental: Dejarse mover por el Espíritu de Dios.

Personalmente creo que debemos ser liberales y conservadores. Es decir que debemos conservar las cosas buenas del pasado, pero también desechar lo que no estaba adaptado al evangelio. De igual modo debemos hacer con el presente: Discernir lo que se adapta al evangelio y desechar lo no está de acuerdo con el evangelio. Recordemos que Jesús dijo: “Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino, es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas” (Mt. 13, 52). En la Iglesia parece que hay muchos fariseos que no se han convertido al reino de los cielos.

Jesús se autodefinió como el Buen Pastor y dijo que el buen pastor va delante de las ovejas (Jn. 10,4). La Iglesia, igual que Jesús, debe ir delante del rebaño. Pero algunas veces, la Iglesia va de tras y, muy atrás. Por ejemplo, Galileo Galilei dijo que la tierra gira en torno al sol y la Iglesia, llevada por la mentalidad de aquella época, lo condenó. De igual modo, si la Iglesia siempre hubiese estado cerca de los pobres el marxismo no hubiese tenido éxito. Fue precisamente el P. Gustavo Gutierrez quien nos ayudó a entender que Jesús hizo una “opción preferencial por los pobres” y que la Iglesia debe estar cerca de ellos. La lucha por la igual de dignidad y de oportunidades entre varones y mujeres precisamente no lo inició la Iglesia. Así podría seguir nombrando un sinfín de casos donde la Iglesia se quedó atrás y luego tuvo que corregir sus yerros.

¿Qué las enseñanzas de la Iglesia deben ser adaptadas a nuestro tiempo? ¡Claro que sí! Para muestra basta un botón. Por ejemplo, en algún momento de la historia se prohibía a los fieles leer la Biblia y eso hoy no parece ridículo, ¿verdad? Fueron precisamente los hermanos separados quienes nos ayudaron a descubrir la importancia de la Palabra de Dios en nuestra vida. Las enseñanzas de la Iglesia no tienen por qué ser piezas de museo, cual monolíticos intocables. Al contrario, deben ser fuentes de vida e inspiración, como las palabas de Cristo.

Pidamos al Señor que ilumine nuestra mente y nuestro corazón con la luz de su Espíritu para que podamos discernir los signos de los tiempos y así seamos fieles a Jesús y su Palabra.